Con troppi allievi non funziona.

La Spagna registra, nella Scuola Media Superiore, il  più alto rapporto alunni/ professore: 15,1. La media europea  è di  13,5 alunni per insegnante. In Italia il rapporto scende a  10,2. Questo elevato rapporto di studenti per insegnante non giova alla qualità dell’insegnamento secondario e soprattutto non aiuta l’inserimento nella classe degli alunni con difficoltà di apprendimento.

 

DA EL MUNDO

 

 

LA EDUCACION / LA REFORMA
España es el país europeo con más alumnos por profesor

Nuestro país tiene una proporción de un docente por cada 15,1 estudiantes en la enseñanza secundaria

PEDRO SIMON

MADRID. España está a la cabeza europea en la proporción de alumnos por profesor en la enseñanza secundaria.
Según los últimos datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) referidos al asunto, de 1996, la ratio estudiantes/docente en nuestro país supera la media de los países de la Unión Europea.
En el Viejo Continente, esta enseñanza dispone de un promedio de un profesor por cada 13,5 estudiantes, mientras que en España, hay un docente por cada 15,1 alumnos.
La ratio referida de alumnos/profesor (que significa el número total de enseñantes que hay, independientemente de si están en clase o no, en relación con la cantidad de escolares) no debe confundirse con la de alumnos/unidad (estudiantes en cada aula), mucho más elevada y situada, según datos del Ministerio de Educación, en 25,5 chavales por clase.
El medidor internacional de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos viene a cuento ahora para medir la temperatura en mitad del debate social que, durante estos días, tiene como protagonista la futura Ley de Calidad.
Nuestro país, con 15,1 estudiantes por enseñante, está por debajo cualitativamente de Austria (8,9), Italia (10,2), Dinamarca (11), Grecia (11,3), Suecia (13,7), Alemania (15)... Y está, además, por detrás de la República Checa (12,3), Suiza (12,3) o Hungría (10,4).
Multiplicar los recursos
¿Hasta qué punto influye el asunto en el día a día de la enseñanza? ¿Qué ventajas tendría una mayor inyección de docentes?
Los pedagogos señalan la importancia «clave» que tienen unas ratios bajas profesor/alumnos para alcanzar un buen nivel en algunas materias concretas. Por ejemplo: el aprendizaje de la lengua o el de los idiomas.
La varita mágica se llama «recursos» y es reclamada aquí y allá para sacar adelante la escuela. Frente a los tres itinerarios formativos a partir de los 14 años que plantea el Ministerio de Educación en la enseñanza secundaria, los padres, sindicatos de profesores y organizaciones estudiantes piden más dinero para la escuela pública.
El fin último: reducir las ratios, aumentar los recursos humanos y materiales y, por ende, atender mejor y más individualmente a la diversidad, una alternativa que es menos incisiva que la encrucijada de caminos que plantea el Gobierno.
«La diversidad se convierte en un eufemismo que, de hecho, está escondiendo la desigualdad, esto es, la injusticia», manifiesta Victoria Camps, catedrática de Etica en la Universidad Autónoma de Barcelona, en el prólogo de Pupitres desiguales, un libro de Carmen Batres y Francisco de Paz.
Si la integración supone «un claro retroceso», vienen a decir los autores, «la actual forma de integrar no es la correcta».
«Creo que debemos partir del supuesto de que no hay más vía hacia la justicia que la que pasa por el tratamiento desigual del desigual», afirma Camps.
«Dado que hay desigualdad en el punto de partida, no se instaura la equidad con tratamientos igualitaristas, sino tratando diferente al diferente, o, mejor dicho, ayudando más al que parte de una posición peor», concluye la catedrática.
Itinerarios
En lo que respecta a los itinerarios, la propuesta formulada por los Movimientos de Renovación Pedagógica ha sido tan rápida como categórica: el Estado no tiene derecho a someter al alumnado de la educación obligatoria a un proceso de selección y de clasificación.
¿Qué hacer para no segregar a los chavales a partir de 3º de ESO (14 años)? Hay quien aboga por mantener el sistema actual, hay quien habla de multiplicar los recursos, hay quien habla incluso de articular itinerarios en 3º y 4º de ESO, de manera que fuese el alumno el que jugase con las optativas y elaborase su propio itinerario personal.
«Que no sepa nada porque se lo hayáis dicho, sino porque lo ha comprendido por sí mismo; que no aprenda la ciencia, que la invente», escribía Rousseau (muy citado en estos días) en su Emilio o de la educación.
«Si alguna vez sustituís en su espíritu la autoridad por la razón nunca razonará solo; será juguete de la opinión de los demás».